La deuda es un instrumento de dominación de los pueblos

portada_llibrePublicado en Catalunya Plural por Benoît Cros  – Barcelona 16/10/2013 
 
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La Plataforma por una Auditoría Ciudadana de la Deuda presenta hoy su libro ‘¿Por qué no debemos pagar la deuda?’ Que explica los mecanismos que se esconden trás el endeudamiento público. hablamos con Pablo Martínez, uno de los autores.

La Plataforma por una Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD) se creó en 2011 con el objetivo de promover una auditoría de las cuentas públicas similar a la que se realizó al Ecuador en 2008, y que permitió la renegociación de una parte de la deuda pública de este país. La *PACD quiere fomentar una auditoría en todos los niveles administrativos, desde el municipal hasta el estatal. Varios municipios catalanes han adoptado recientemente mociones que declaran ilegítima parte de su deuda.

La PACD presenta hoy su libro ‘¿Por qué no tenemos que pagar la deuda?’, que explica los mecanismos que se esconden detrás el endeudamiento público. Hablamos con Pablo Martínez, uno de los autores.

¿Por qué hacer de la deuda una cuestión central?

La deuda es una justificación para robar en los pueblos, es un instrumento de dominación. Siempre ha sido así pero se ha intensificado a partir de los años 70. Además es una cosa que nunca se cuestiona, se presenta como una cuestión moral: “se tiene que pagar”.

¿Pero el problema del pago de la deuda no es una cuestión principalmente coyuntural?

Hay claramente un empeoramiento de la situación: el Estado mengua, ya no es capaz de cumplir su promesa, la del Estado de bienestar. Y se traslada a las poblaciones la culpa de esta situación, cuando en realidad proviene de la mala praxis bancaria. Se dice a los ciudadanos que han vivido por encima de sus posibilidades, que no hay otro remedio, etc. Con esto se justifican los recortes presupuestarios cuando, en realidad, nos estamos endeudando para salvar intereses privados.

¿Cómo hemos llegado a esta situación?

Con una economía basada en el ladrillo. Las empresas y los bancos se tenían que financiar fuera, especialmente en Francia y Alemania, y se ha creado una burbuja insostenible. Al estallar esta burbuja, la banca ha acudido al papa Estado que, por su parte, tenía más gastos por la crisis, como los subsidios de desempleo. Todo esto crea un déficit presupuestario, y el Estado acaba teniendo que endeudarse.

¿Qué soluciones alternativas hay al pago de esta deuda?

Nosotros proponemos hacer una auditoría ciudadana: decidir qué parte de la deuda tenemos que pagar. Para conseguirlo, primero hay que poder obtener los datos necesarios. Una vez hayamos definido qué parte de la deuda no es legítima, hay que presionar porque no se pague.

¿En el caso de España, qué parte de la deuda se puede considerar ilegítima?

La deuda que proviene de los rescates bancarios es la más obvia. De manera más general, hay muchos casos en que el Estado se ha endeudado para prestar a terceros, esto podría considerarse ilegítimo. Pero hay que ir más allá de lo que es puramente financiero. Se podría hablar de la deuda derivada de infraestructuras inútiles, de la corrupción o del gasto militar. También hay que pensar que una deuda, aunque haya sido contraído de manera legítima, puede transformarse en ilegítima si comporta un deterioro en los derechos humanos y sociales de la población. Es decir, si conduce al empobrecimiento de la población, la ciudadanía tiene derecho a repudiarla, porque hay un cambio significativo de circunstancias. Si el Estado no puede hacer frente a los gastos de educación o sanidad debido al endeudamiento, este se convierte en ilegítimo.

¿Esto quiere decir que la auditoría no es una cuestión sólo técnica sino política?

Exactamente. Estos conceptos son claramente políticos. Tienen que ver con una toma de conciencia por parte de la población sobre lo que es legítimo pagar.

¿Se podría simplemente aplicar el famoso ‘haircut’, es decir, recortar el valor de todos los títulos de deuda para todos los acreedores, sin tener que mirar para qué han servido?

Efectivamente, sería un alivio temporal, nos permitiría vivir mejor durante un tiempo, pero no resolvería el problema. La auditoría va mucho más allá de determinar qué deuda tenemos que pagar. Se trata de tomar conciencia de cómo hemos llegado a esta situación y qué organización económica queremos adoptar para que no se vuelva a repetir.

¿Y si no pagamos la deuda, quién nos prestará dinero?

Hay que buscar maneras diferentes de vivir que no dependan del crédito y del crecimiento. Estamos viendo que no se puede crecer más porque los recursos del mundo están llegando a sus límites. La auditoría ciudadana tiene que servir también para buscar estos modelos alternativos de organización económica.