Publicado en la Directa (catalán), Iolanda Fresnillo / @ Ifresnillo | 07/04/2013
El viernes por la noche, después de que cerraran las bolsas europeas, el Tribunal Constitucional de Portugal hizo público su veredicto judicial sobre la legalidad de los recortes impuestos por la UE, el BCE y el FMI. El alto tribunal portugués considera ilegales los recortes en los sueldos de los funcionarios públicos y la rebaja de las pensiones. Estas medidas fueron impuestas por el gobierno de derechas de Passos Coelho con el objetivo de conseguir pagar la deuda pública (en gran parte proveniente del sector privado), pero el golpe judicial del viernes abre nuevos escenarios. Para entender cómo se ha llegado a la actual situación, Iolanda Fresnillo, miembro del Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG), nos hace una retrospectiva.
Bloque estudiantil de la manifestación contra los recortes el 2 de marzo en Lisboa BLOCO
La historia del endeudamiento portugués es el resultado de la quiebra del proyecto europeo. La inserción de Portugal en la zona euro, acompañada de la aplicación de políticas neoliberales, supuso la destrucción de la riqueza productiva del país. Privatizaciones y desregulación permitieron la entrada de capital extranjero en el país, buena parte desde el Estado español, destruyendo el tejido económico local, su industria y la agricultura. El crecimiento económico depende cada vez más de la inversión extranjera y de la financiación a crédito de las crecientes importaciones. La posición de la inversión internacional neta en Portugal (inversión + préstamos) pasó de un 9,5% del PIB en 1996 a un 88% en 2007 y un 105% en 2011.
En este entorno, las importaciones, el gasto público y el consumo se sostenían con el crédito barato y abundante desde las economías centrales de la Eurozona. Un proceso que llevó a un incremento importante de la deuda externa, sobre todo del sector privado, que tenía el valor más elevado del conjunto de la eurozona. Por contra la deuda pública era de un 68% del PIB en 2007, un porcentaje similar al de Francia, Alemania o Austria.
A partir de 2007, bajo el impacto de la crisis financiera mundial, el crédito hacia la economía portuguesa se interrumpe bruscamente, y los bancos no pueden refinanciar su deuda, ni siquiera con el crédito barato del BCE. Los bancos fueron rescatados a la vez que la economía entró en recesión y el empleo cayó en picado. La deuda pública aumentó sustancialmente hasta llegar al 93,5% en el 2010 y el 120% del PIB a finales de 2012. La crisis del sector privado se había convertido así en una crisis pública, al transferirse deudas privadas al público. El crédito de la Troika incluye por ejemplo un paquete de 12.000 millones de euros (de un total de 78.000 millones) dirigido a recapitalizar los bancos privados.
El giro de austeridad desde marzo de 2010, profundizado a partir de la firma del Memorandum con la Troika (firmado por los dos principales partidos del país), agravó aún más la crisis, sin lograr reducir el déficit público ni controlar el aumento la deuda. A pesar de los constantes rumores de una posible reestructuración (y quita) de la deuda portuguesa, la Troika mantiene que Portugal no lo necesita y que puede continuar pagando la deuda, con más recortes y más austeridad.
Un compromiso ilegítimo
El 19 de enero se presentó en Lisboa el primer informe de la Iniciativa de Auditoría Ciudadana de la Deuda en Portugal (IAC). La IAC afirma que parte de la deuda portuguesa es claramente ilegítima: «el crédito con la Troika (adquirido por un gobierno saliente sin debate parlamentario) y las condiciones que se imponen en contrapartida; la deuda que resulta de un gasto público ilegítimo, como los contratos del Estado que favorecen indebidamente intereses privados (incluyendo los partenariados público-privados), las ayudas a los bancos, las decisiones de nacionalización y subsiguiente privatización de BPN, la pérdida de ingresos por la amnistía fiscal; y los gastos públicos asociados a la corrupción».
Datos clave del proceso de endeudamiento de Portugal.
Desde el inicio del ciclo de austeridad, en dos años (2010/2012):
– El PIB se contrajo en términos reales 5,3% (Fuente: INE)
– El empleo disminuyó un 7%
– La tasa de desempleo pasó de 11,2% a 16,6%
– El número de personas desocupadas privadas de toda protección aumenta del 48% al 57%
– El número de beneficiarios de rentas mínimas disminuye en un 10%
– Los salarios nominales han disminuido 10%
– La quiebra de empresas aumentó un 12% en 2011, en relación con el año anterior, y un 43% en 2012
– La emigración, especialmente de la migración joven, creciente y los flujos netos de los niveles alcanzados, sólo es comparable a los conocidos en la década de 1960.