Así funciona el Banco Malo

Fuente: http://www.larepublica.es/2012/10/taifa-de-sareb/

Ya tenemos nombre para nuestro futuro hijo: SAREB, bonito nombre con connotaciones árabes, como futuro califa de una taifa de Barataria.

El banco malo o Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Re-estructuración Bancaria (SAREB) va a nacer con el apadrinamiento del Banco Central Europeo y del Fondo Monetario Internacional, dos organismos que ya han demostrado fehacientemente no sólo su incompetencia e inutilidad social, sino su perversidad económica (no hay país en el mundo intervenido por el BCE o el FMI que no haya empeorado su situación económica). Su tía, la Comisión Europea, hace meses que está en paradero desconocido. Con este apadrinamiento y la paternidad de un Gobierno que vive en la duda continua de a quién obedecer, el banco malo, si nace, será deforme con toda probabilidad.

Su función será hacerse cargo de los activos “tóxicos” de los bancos privados. Estos activos, principalmente inmobiliarios y créditos incobrables, están valorados a precio de mercado… de antes de la crisis. Si los bancos no han actualizado su valor a precio de hoy es porque la modificación de su balance les exigiría declarar la quiebra de los mismos bancos (y cajas, que ahora son bancos ya).

Hasta aquí la criatura ha salido altruista. Pero Sareb, para evitar precisamente la quiebra de los bancos, debe adquirir los activos “tóxicos” a un precio similar al de la valoración dada por los mismos bancos (aquella valoración previa a la crisis, es decir, muy sobrevalorados). Después debe proceder a su venta para recuperar algo de su valor pero sin dejar desplomarse el mercado inmobiliario. Entonces, sólo le quedan dos opciones: o engaña a los numerosísimos nuevos compradores colocándoles las viviendas a los precios sobrevalorados que ha pagado (algo que no va a ocurrir porque los compradores no son tontos y, principalmente, porque no hay crédito ni liquidez en la calle) o venderá a precios actuales declarando las grandes pérdidas que reportará este proceso.

Pero, ¿quién se hará cargo de éstas pérdidas? Sí, han acertado. Aunque el Gobierno quiere implicar al capital nacional y extranjero en un 50 % de esta sociedad, este capital no va a entrar (hasta ahora no se ha ofrecido ninguno para participar) hasta que el Gobierno no le garantice que no va a perder la parte que aporte. Por tanto, como ustedes ya habrán podido deducir, quien va a saldar las deudas de Sareb va a ser, tachán… la altruista Unión Europea. Menos mal, porque pensé que íbamos a pagar casi todos los españoles. El Gobierno de España sólo tiene que solicitar el rescate a la Unión Europea y, a través del FROB (Fondo de Re-estructuración Bancaria Ordenada) repartir los fondos necesarios entre las entidades con problemas.

Así da gusto. El Gobierno español sólo tiene que retocar un poco los Presupuestos Generales del Estado de los próximos 15, 20 , 30,..años en la aplicación más grande de los mismos que es el pago de la deuda pública, partida presupuestaria emanada de los impuestos de los españoles que los pagan. ¡Ah! ¿Pero al final pagamos casi todos?

Pero no se preocupen, una vez que se hayan vendido los activos “tóxicos”, Sareb será privatizado en favor de uno de los pocos bancos que superarán la fase de fusiones (a un módico precio, obviamente) y las arcas del Estado se desharán de carga tan pesada.

Para gestionar Sareb, el Gobierno se gastará, además, la módica cantidad de 2 millones de euros anuales en salarios para directivos (no sé porqué intuyo que, aunque sean los más bajos del mercado, recaerán en viejos conocidos).

Redondo… para unos pocos… curiosamente los de siempre.

Este cortijo se llamará Taifa de Sareb, pero podemos evitar que nazca permitiendo que los bancos en quiebra técnica, como empresas privadas que son, quiebren. Otro tema es la responsabilidad del Estado en estas quiebras por las leyes de bancarización y por las normas promotoras de la especulación promovidas por los gobiernos Aznar y Zapatero.

Por Javier Ávila