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Thomas Sankara: un líder africano con un mensaje para Europa

De Nick Dearden, de Jubilee Debt Campaign UK. Publicado en inglés en Red Pepper Octubre 2012

15 de octubre se cumple el 25º aniversario del asesinato de un héroe de la liberación africana. Tenemos que recordarlo, para desafiar la visión dominante de la impotencia de África y combatir nuestra propia crisis de deuda en Europa.
El 15 de octubre de 1987 una revolución llegó a su abrupto y sangriento final con el asesinato de Thomas Sankara, presidente del nuevo estado nombrado Burkina Faso. En los años siguientes al asesinato de Sankara, por su otrora amigo de confianza Blaise Compaoré que dirige Burkina Faso hasta hoy, su revolución fue revocada y el país se convirtió en otro feudo en África del Fondo Monetario Internacional. Pero por un breve periodo de 4 años, Burkina Faso brillaba, un buen ejemplo de lo que puede lograrse incluso en uno de los países más empobrecidos del mundo.

Sankara fue un joven oficial del ejército del Alto Volta, una ex colonia francesa que se gestionaba como una fuente de mano de obra barata para la vecina Costa de Marfil en beneficio de una pequeña clase gobernante y sus patrocinadores en París. Como estudiante en Madagascar, Sankara se había radicalizado por las oleadas de manifestaciones y huelgas que tengan lugar allí. En 1981, fue nombrado miembro del gobierno militar en el Alto Volta, pero su abierto apoyo a la liberación de la gente común en su país y fuera de éste, finalmente le llevó a su detención. En agosto de 1983, un golpe de estado liderado por su amigo Blaise Compaoré, lo llevó al poder a la edad de sólo 33 años. Sigue leyendo

El MEDE: La consolidación del golpe de estado financiero en la UE

El MEDE: La consolidación del golpe de estado financiero en la UE

Por Albert Sales e Inés Marco (RETS y ODG)

El 8 de octubre empezó a funcionar el MEDE (Mecanismo Europeo De Estabilidad), una nueva institución financiera intergubernamental que tiene como objetivo garantizar la solvencia de los estados miembro facilitándoles crédito y asumiendo las funciones hasta ahora desempeñadas por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera. La creación del MEDE ha sido posible gracias a la modificación del artículo 136 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea que se llevo a cabo en 2011 para “salvaguardar la estabilidad de la zona euro” e introducir “condiciones estrictas” para los beneficiarios de la ayuda financiera.

El MEDE debe convertirse en una especie de Fondo Monetario Internacional para los estados miembros de la UE. La capacidad de crédito inicial prevista es de 700.000 millones de euros, de los cuales 80.000 procederan de la aportaciones directas de los estados y el resto se alcanzaran mediante capital “movilizable” y garantías, es decir, comprometiendo futuras cuotas de los países antes de haberlas ingresado. Las explicaciones técnicas sobre la capacidad de crédito del MEDE son, como es habitual en estos casos, auténticos jeroglíficos para la ciudadanía. Ni la información resulta de fácil acceso, ni es comprensible para la gran mayoría de personas que acabaran sufriendo las consecuencias del funcionamiento de esta institución, ni el tema tiene la relevancia mediática que merece, atendiendo al atentado contra el funcionamiento de las instituciones democráticas que supone el articulado del tratado fundacional del MEDE. Sigue leyendo

Entendiendo la deuda

Recortes presupuestarios, restricciones sociales, menor protección social, peor atención sanitaria, peor educación, rebaja de salarios, despidos, precariedad…

¿Todo por la deuda?

Estamos en crisis y no existe otro discurso para salir de ella que el de recortar y continuar recortando los presupuestos del Estado destinados a fines sociales. El motivo de tal austeridad, según apunta el discurso dominante, es el alto nivel de endeudamiento del Estado español, motivo que comparte con el resto de países de “segunda” de la zona euro.

Hemos visto, durante estos años de crisis, cómo las agendas de nuestros políticos estaban repletas de reuniones y más reuniones; cómo los dirigentes europeos declaraban la urgencia de crear medidas de estabilidad del euro; cómo se llamaba al orden a ciertos países y cómo la presión político-mediática legitimaba continuos gestos antidemocráticos como la imposición de gobiernos tecnócratas no elegidos democráticamente (golpes de estado en Grecia e Italia) o nuestra reciente reforma exprés de la Constitución, sin referéndum, aprobada el 30 de agosto de 2011, que expone en su artículo 135.3: “Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta. En otras palabras: el pago de la deuda será prioritario; cada euro que entre en tesorería tendrá que ir destinado prioritariamente a pagar la deuda y sus intereses -en detrimento de sueldos, pensiones, prestaciones y cualquier tipo de gasto social- hasta que no se haya cubierto totalmente dicho importe. Y además, se prohíbe su negociación o repudio.

Así pues, el dinero de nuestros impuestos no irá destinado prioritariamente a nuestros servicios sociales sino al pago de la deuda. Una deuda de la que nunca fuimos conscientes sin poder opinar o participar. Una deuda apuntada como el mayor de los problemas y de la que nos hacen responsables directos y nos obligan, por constitución, a saldar. Una deuda que obliga a recortar nuestros servicios públicos y que nos condenará al mayor de los desamparos sociales. Una deuda de la que aún no se ha hecho ninguna auditoría para determinar su legitimidad. Una deuda que ha establecido una nueva política de gobierno y un nuevo orden de prioridades presupuestarias.

Frente a todo esto, debemos preguntarnos, ¿cuál es la verdad que esconde la deuda? Para descifrarlo, hagamos un repaso de la historia de la deuda y veamos cómo se acabó imponiendo este régimen económico llamado Deudocracia.