4 de diciembre por Fatima Fafatale , Anna A. Siscar, Verònica Gisbert Gracia
En nombre de las políticas de austeridad, España deberá “encontrar” 65 mil millones de euros de aquí al 2014. Solamente en 2012 será necesario reducir en 10 mil millones los gastos públicos relacionados con la sanidad y la educación. Medidas drásticas y e injustas que tendrán como único resultado la producción más pobreza, sobretodo entre las mujeres, ya en una posición de desventaja.
Intercambio con Anna A. Siscar, Fátima Fafatale y Verónica Gisbert, miembros de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda. Marta Marsili
Bajo las presiones de la troika, el gobierno español ataca el gasto público. ¿Cuáles son las consecuencias para las mujeres?
“Las actuales políticas de austeridad muestran claramente el alma de la sociedad capitalista y patriarcal en la que vivimos. El gobierno del Partido Popular (PP), vencedor de las últimas elecciones, ha optado por llevar a cabo políticas que favorecen la acumulación del capital y los beneficios para una minoría, ignorando las necesidades reales de la sociedad española. De esta manera, agrava las desigualdades en diferentes grupos sociales –migrantes, jóvenes, mayores…- y los condena a la exclusión social. A las mujeres, ya en desventaja, todo ello les afecta particularmente. Por un lado porque la destrucción sistemática de los servicios públicos les afecta más directamente, como trabajadoras y como beneficiarias de los mismos. Por otro lado, porque la política del PP contribuye a reactivar la división sexual del trabajo y la visión de una feminidad reducida a las funciones de reproducción y cuidados en el marco de un entorno familiar represivo.
¿Qué queréis decir con eso?
Bajo el dictado impuesto por la troika de priorizar el reembolso de la deuda, lo primero que ha caído ha sido el derecho a la igualdad de más de la mitad de la población. El gobierno socialista de Zapatero en 2010, y el de Rajoy, desde noviembre del 2011, han ejecutado unos drásticos planes de ajuste con los que han hecho explotar las tasas de paro hasta más del 24,44%. Respecto a las mujeres, quienes todavía ganan de media un 22% menos que los hombres, estas cifras se elevan al 24,86%.
En 2011, los tribunales españoles han tratado 58.241 casos de desahucios, en muchas ocasiones muy violentos, seguidos de procesos lanzados por los prestatarios hipotecarios contra familias incapaces de reembolsar su préstamo. Y estamos hablando de familias que, en muchos casos no tienen alternativa al alquiler!
En lo relativo a la violencia machista, solamente en el 2011, 62 mujeres han sido asesinadas a manos de sus parejas o exparejas. Como nos recuerda la presidenta del Observatorio contra la violencia de género, Inmaculada Montalbán, la violencia económica se une en la actualidad a la violencia contra las mujeres. Por esa razón, en tiempos de crisis es imprescindible mantener las ayudas económicas y sociales a las víctimas de estos crímenes, con el objetivo de que tanto ellas como sus hijos e hijas puedan romper el cerco de la violencia. Sin embargo, se está haciendo justo lo contrario.
Todo eso, sin embargo, en un estado en el que existe, en materia de lucha contra las violencias hechas hacia las mujeres, un cuadro legislativo pionero en Europa…
Nos gustaría concretar. Es cierto que la ley contra la violencia se impulsó como respuesta a un verdadero problema social pero, en ella, la violencia de género nunca se ha presentado como un factor específico y estructural de la violencia ejercida contra las mujeres. Como otras leyes aparecidas durante estos años, la ley contra la violencia promovida por el PSOE gracias a la presión de grupos feministas, no ha sido más que una gota en la inmensidad del océano. Además, el gobierno actual se está encargando de eliminar los avances legislativos vía reducciones presupuestarias ciegas que impiden su funcionamiento: cierre de casas de acogida, eliminación de unidades locales de prevención y apoyo a las mujeres… La reducción de hasta el 70% de los fondos para las campañas de prevención de violencia de género contribuye a esta destrucción, ocultando, además, de nuevo, el problema en el ámbito privado. Por último, la supresión del jovencísimo Ministerio de Igualdad ha marcado una ruptura simbólica –y real- con la lucha por un ideal de igualdad entre mujeres, hombres y transgénero.
Ante todo esto, ¿cuáles son vuestras propuestas?
Hoy en día, las únicas soluciones propuestas para salir de esta crisis económica se basan en el mantenimiento de la lógica de acumulación del capital. En tanto que feministas y ciudadanas, queremos un cambio radical, sobretodo si se tiene en cuenta que las medidas “anticrisis” neoliberales no sirven para mejorar la situación en que vivimos, sino, más bien al contrario, para agravarla. Para exigir estos cambios, debemos recuperar el espacio público –como se hizo desde el movimiento Indignado- y la democracia. La constitución de auditorias ciudadanas de la deuda es una de las estrategias con más fuerza en el camino hacia el cambio. Estas auditorias, por supuesto, deben incluir un análisis en términos de género. Y si su resultado muestra que la deuda es ilegítima, la gente debe rechazar su pago. La desigualdad está en la base de esta profunda crisis multidimensional y de acumulación por eso, solo con la igualdad es posible una salida.
Traducción Anna A. Siscar