Como seguramente ya sabes, el gobierno nacionalizó Bankia en mayo de 2012 para evitar que quebrara, es decir, lo rescató con el dinero de todo/as. Y ahora devuelve el banco a manos privadas.
De hecho, ya ha vendido un 7,5% de las acciones que poseía y aunque sigue siendo el accionista mayoritario, su intención es desprenderse del resto de las acciones que posee a lo largo de los próximos dos años. Afirman que el objetivo es recuperar el dinero público empleado invertido en su rescate y que, además, sería “la guinda” que mostraría que el sistema financiero español está saneado, tal y como afirma nuestro ministro de Economía, Luis de Guindos.
Todo forma parte de la campaña general para convencernos de que la economía está saliendo de la crisis y que, de ahora en adelante, todo marchará viento en popa. Pero ¿Qué certeza tenemos de que con la privatización de Bankia no volveremos a encontrarnos en la misma situación de quiebra dentro de un tiempo? y al menos ¿Recuperaremos lo gastado en su rescate?
Hagamos cuentas: Nacionalizar Bankia ha costado 22.424 millones de euros con la entrada del Estado en el capital de la entidad de la que se convierte en accionista mayoritario. Sin embargo, las ayudas públicas que le hemos concedido ascienden a 147.810 millones en concepto de capital, avales, adquisición de activos del Sareb (el “banco malo”), compra de títulos, créditos fiscales y préstamos del Banco Central Europeo (BCE).
Fuente: Banco de España, Tesoro Público, SAREB y memorias entidad
El dinero que Bankia ha obtenido por su salida a bolsa, 3.092 millones de euros, no cubre ni una pequeña parte del dinero público empleado y además podrá ser reclamado por los que adquirieron las acciones en base a una información trucada,
Se advierte, además, que es muy posible que no basten los fondos ya proporcionados para solucionar la quiebra de la entidad, por lo tanto el esfuerzo no está sirviendo de nada.
Con esos antecedentes hay quien cree que es mejor vender la entidad. Sin embargo, tal y como exige la Plataforma por una Banca Pública y la PACD es imprescindible impedir la privatización de Bankia. Si la permitimos habremos desperdiciado una enorme cantidad de dinero público en beneficio de los grandes accionistas privados que acaben dominando la entidad, y no evitaremos futuras crisis. Y, además, perderemos la oportunidad de poner una parte de los ahorros de la sociedad al servicio de un verdadero desarrollo social.